Estar muerta en instantes que son de verdad. Vivir intensamente en una mentira, en algo que todavía no ha pasado o que ni siquiera existirá nunca.
Has sentido alguna vez que tu cuerpo está anclado al suelo, con los pies muy juntos y muy fríos; tu mirada fija en un punto muerto; tu mente en un lugar extraño que no reconoces? Que no sabes si quieres reconocer.
Se trata de evadirse de la realidad, aunque luego creas que la echas de menos y te odies a ti misma por no apreciar ni siquiera un poco lo que se supone que vives de verdad. Viajas a un mundo que no sabes si alguna vez habitaste, que vas reconstruyendo a ratos cuando logras tener la mente en blanco por un microsegundo en tu vida. Lugares donde no tienes recuerdos, y si los tienes están borrosos. Donde, en el fondo, te sientes a gusto. Tal vez, justamente, por estar todo sin acabar de definir, por aceptarse ambigüedades, por ser tu mentira.
Y que todo esté bien. Que todo valga.
Y que todo esté bien. Que todo valga.
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