jueves, 31 de mayo de 2012

Sweet child. Mensaje optimista para viajeros tristes.

A vivir temblando de futuro. Segundos, siglos. Siempres, nadas.
Sábanas limpias. Olor a pan recién hecho. Una clara bien fría. Noches despejadas. Carreteras desiertas. Filosofar sobre nada y sobre todo. Arreglar el mundo en dos cafés. Montañas confundidas entre nubes. Tumbarte en la hierba después de llover. Que llueva. Que truene. Y que la tormenta dure tropecientos días. Luego el cielo azul. Un cielo rojo desde el balcón. Acariciar las palmas de las manos. El chocolate. Mucho chocolate. Siempre más y mejor. Conversaciones eternas. Risa tonta. Silencios que lo dicen todo y palabras innecesarias. Omitidas. Brisa entre los dedos. MÚSICA. El traqueteo del tren que te lleva a ninguna parte. Los recuerdos. Los lugares dónde todavía no tienes recuerdos. La tierra mojada. Los calcetines de rayas y los discos de vinilo. Arriesgar aunque no sepas qué viene después. Coger el coche y perderte entre los árboles. Las tardes casi veraniegas y la playa de noche. Estrellas. Subir al primer avión que salga a nosédónde. Ver dormir. No dejar dormir. Amanecer despiertos. Ojos cegados por el sol. Cantar aunque sea mal. Y aunque haya mucha gente mirando. Echar de menos. Comer con las manos, ¡joder! Lo que tarda en llegar y merece la pena. Lo que llega de improvisto y te llena los bolsillos de suerte. Saber qué es suerte. Andar descalzo. El odio que al final nunca se queda en odio.  Ser malhablado de vez en cuando y cagarte en las injusticias de este puto mundo. Tocar fondo para subir. Parar a respirar y que le den a todo. La foto de un día que fue un completo desastre. Gritar hasta reventar. Enamorarte en el metro. Cerrar los ojos y dar vueltas hasta marearte. La maldita curiosidad. Hacer sonreír a unos ojos tristes. Impulsos. Tomar impulso. 

El tiempo deteniéndose en un abrazo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja aquí tu opinión sobre el post