miércoles, 30 de octubre de 2013

Buscamos calor

Ahora siento lástima de ti, y de mí, y de las calles que nos acogieron. Siento lástima y te quiero. Sé que te querré siempre. Sin juegos, sin canciones, sin verdades a medias, sin derrotas. Sólo eso, quererte sin razón.

Pero qué más da, si ya no existiremos, si no existimos nunca. Y de la misma forma que te buscaba sin saberlo, te perderé sin darme cuenta. 

Me haré daño. Y todo el tiempo que podríamos haber pasado juntos correrá ante mis ojos y se quedará atrapado. Quizá en el miedo, quizá en un camino al Norte sin regreso a casa. Quizá a la deriva. 

Tú y yo nunca salimos del agua. 

Y aún así conservo esa estúpida etiqueta en el bolsillo, recuerdo de una de esas calles que me vio feliz, como quien guarda el recibo de la tintorería una tarde cualquiera, de cualquier mes de abril.