miércoles, 30 de septiembre de 2015

Eternos principiantes

Hace un par de noches, pensando en nuestra historia, me di cuenta que hay primeras cosas que tú y yo nunca hemos hecho.

Me di cuenta que nunca nos hemos dado el primer beso. Ese tan especial e irrepetible. Tú y yo nos hemos dado muchos primeros besos. A día de hoy, justo antes de verte, todavía tengo la sensación que estoy a punto de hacerlo. Besarte como si fuera la primera vez.

Caí en la cuenta de que nunca te he entregado las llaves de mi casa. Sin embargo, cada día te abro las puertas a lo mío, a mi mundo y, ahora mismo, más que un piso, estamos decorando nuestra vida.

Nunca me has pedido salir. Nunca nos llamamos por teléfono. Nunca me has presentado a tu madre. Pero, ya no sé cuándo ni cómo, tu familia es mi familia y de repente tengo perro.

Hay muchas grandes cosas que toda pareja convencional ha hecho por primera vez. Lástima que tú y yo no seamos tan normales, que nunca hayamos cogido un avión a ningún sitio, que nunca hayamos discutido y después reconciliado; que nunca nos hayamos hecho llorar.

Nosotros simplemente hemos volado juntos a donde no teníamos recuerdos, hemos hablado hasta quedarnos dormidos, hemos llorado delante del otro.

En definitiva, mi vida, hace un par de noches me di cuenta que éramos raros, que no habíamos hecho todo lo que se suponía, que nuestra historia no parecía destinada a ser. 

Y sin embargo, curiosamente, lo hemos hecho. Lo hemos hecho todo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja aquí tu opinión sobre el post