lunes, 28 de noviembre de 2011

Mi vida entre paréntesis

Y cuando veo que no puedo seguir soportándolo, aguanto aún un momento más y entonces sé que puedo soportar cualquier cosa. 
Pasé mucho meses obsesionada por algo sin saber exactamente qué era, pendiente de una conversación que a veces llegaba (a veces no), construyendo discursos sin respuesta y, en definitiva, viviendo una historia que yo había inventado. De acuerdo, lo admito. Pero pasé de no haber intercambiado ni una sola palabra contigo en dos años, a verte todos los días, a que tú quisieras verme. Quizá fuera ese cambio, tal vez un espejismo... pero por un segundo, un solo segundo, llegué a pensar que todo ese tiempo había valido la pena. Luego me dí de bruces contra la realidad.

Y, pese a todo, en ese momento te había querido tanto que ya no estuve segura de poder quererte nunca más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja aquí tu opinión sobre el post